Zona de entrenamiento.

Una amplia llanura de arena donde los infectados podran entrenarse para la lucha.

Estaba alí, realizando una serie de movimientos coordinados debajo del ardiente sol del desierto. El sudor me resbalaba por la frente pero aún así yo no paraba de practicar. Con una última patada me di por satisfecha y me sequé el sudor de la frente con el antebrazo

Llegué a la zona de entrenamiento para practicar un rato. Últimamente pasaba mucho tiempo por allí...
Me encontré con una chica.
- Hola -saludé con una sonrisa.- Soy Sara.

-Hola-salude a una muchacha que venía-¿Eres nueva? No te he visto nunca por aquí

- Sí, la verdad es que sí -admití.- Llegué hace bastante poco...

La evalué con una mirada crítica.

-¿Estas entrenada en lucha?-pregunte-Por cierto yo soy Natalie y parece como si llevara aqui una vida entera

- Encantada -dije con una sonrisa.- Y sí, estoy bastante entrenada -dije con un suspiro.- Es en lo que estoy basando mi vida últimamente...

La mire con un deje de simpatia. Era lo mismo que me pasaba a mi.

-¿Te apetece luchar?-dije con una sonrisa

- Me encantaría -dije poniéndome en guardia.

Me puse en guardia sospesando a mi atacante. Con una mirada dura le lance una patada atacando su flanco derecho

Bloqueé la patada con mi brazo derecho. Después lancé una por la izquierda.

La bloqueé a mi vez con la rodilla y le lance un golpe destinadoa la clavicula

Esquivé el golpe y lancé mi mano contra su estómago.

Me eche a un lado justo a tiempo y nuestras miradas se cruzaron. El ardiente sol complicaba aún mas las cosas.
Sin querer parar lance una patada

Al esquivarla di un traspié que hizo que perdiera ligeramente el equilibrio.

Aprovechando mi ventaja logre inmovilizarla en el suelo. Cuando comprobé que habia ganado ese asalto me aparte.
-Buena pelea-sonrei-Aunque si no hubieras tropezado no se quien hubiera ganado

Acabé en el suelo.
- La verdad es que estoy un poco cansada, llevo días caminando. Pero eres una rival muy dura -dije con unas sonrisa mientras me ponía en pie de nuevo.

Esbocé una sonrisa.

-Gracias, prácticamente me dedico a esto desde que me desterraron-oí lo de su cansancio-Perdona mi descortesía ¿quieres ir a mi tienda a descansar un poco?

- Yo también... -digo en un suspiro.- La verdad es que te lo agradecería mucho -reconocí.

-De acuerdo-sonreí-Sígueme, no esta muy lejos de aquí

Asentí y la seguí por el desierto.