El Comienzo.

Isla Veiguel 20 de Septiembre de 2010

Beht entró en el cuarto de interrogatorios, donde la poca luz que se filtraba desde la ventana iluminaba la mesa de aluminio que lanzaba destellos metálicos.
Se acercó a la mesa donde le esperaba un formulario de tres hojas a tres marcados que rezaba en la primera pagina. Investigación 2794: F.D.L
Beht leyó rápidamente los siete puntos de interés mientras se sentaba en la única silla que ahora mismo se encontraba en la sala 5B.
-Observo, Beht, que ya has descubierto el informe sobre la infección.
Beht dejó el formulario a un lado y sonrió al teniente de policía Brown.
-Buenos días, teniente.- saludo.- Para eso me ha llamado par informarme de la infección.
El teniente Brown asintió.
-¿Qué has descubierto hasta ahora, Beht?
Sacó el informe de su maletín y se lo tendió al teniente.
-Los químicos han descubierto que la enfermedad es transmitida por el aire y que se han descubierto a varios humanos contagiados que son inmunes. Aún pueden contagiar la enfermedad por lo que son aislados con el resto.
“La enfermedad produce unas heridas que trazan una flor en la piel con arañazos que son profundos. Los científicos la han denominado como la enfermedad de las flores de Lluvia, algo que me parece demasiado cursi y poético.”
“Hay más del 70% de los habitantes infectados, señor. El presidente Gregorty esta hablando de evacuar a las personas más importantes. Esta esperando su aceptación”
El teniente se dio la vuelta, mirando por la ventana. La luz del sol y las aguas de la isla a la que su familia había pertenecido tantos años se destruía poco a poco. Su mujer estaba infectada y no podría irse de la isla.
El teniente Brown suspiró y se volteó para mirar a Beht que le observaba impaciente.
-Dígale al presidente que tiene mi visto bueno.- Beht asintió y salió.- Beht, espera.- ella se paró y le miró, Brown sonrió.- Le ha prometido que salvaría a sus hijas si me convencía, ¿verdad?

Isla Veiguel 21 de Septiembre de 2010
-Iremos hasta el aeropuerto donde os harán las pruebas después nos meterán en el avión y nos iremos a Irlanda con una nueva vida.
Maddy y Megan se miraron algo extrañadas.
-¿Y nuestras migas?¿Las dejaran subir?.- pregunto Mega.
-No, no subirán. El Presidente solo esta dejando que suban a los más importantes.
-Entonces, nuestras amigas morirán, ¿es eso?- murmuró Maddy.- ¿Y qué haremos en Irlanda?
Beht miró a Maddy que iba en el asiento del copiloto.
-Vivir, ¿te parece poco?
-No- susurró Maddy.
Llegaron a la sala del aeropuerto donde se hacían las pruebas. Les sacaron muestras de sangre y de saliva y las metieron en el ordenador. Empezó a dar vueltas y por fin, con un pitido salió un cuadradito verde.
-Maddy esta sana.
Ella sonrió al escuchar eso y se bajo la manga de la camiseta. De nuevo el aparato comenzó a dar vueltas y más vueltas. Maddy miró temerosa el ordenador. Había dado más vueltas de lo normal. En la pantalla apareció un cuadradito en rojo, en el que con letras mayúsculas rezaban: Infectado.
-Señorita Parker, su hija Megan no puede viajar.
Beht miró al doctor con los ojos abiertos como platos.
-No, no. Eso no puede ser. Hágale otra vez la prueba. ¡Hágasela!- pidió a gritos.
Un policía la agarró sujetándola con fuerza por los hombros.
-Lo siento señorita Parker. Si una de sus hijas esta infectada no pueden ir ninguna de las dos.- susurró.- Sería demasiado peligroso.
Maddy y Megan fueron sacadas a fuera montadas en un autobús, mientras que su madre se perdía en el aeropuerto que se iba llenando poco a poco. Las dos chicas lloraban mientras intentaban soltarse y salir.
El autocar giró a la izquierda y el aeropuerto se perdió de vista.